domingo, 9 de febrero de 2014

Sola ante el peligro

Cuando emprendes solo y pasan cosas, no tienes a nadie a quién contártelo. Y por más que se lo cuentes a tu pareja, padres, amigos o primos, ellos no están metidos en el ajo. Pueden entenderte, sí, pero el sentimiento de abandono y soledad es para uno mismo. Emprender no es fácil, y menos a los 25.

Lo que te hace falta es alguien que comparta el 100% de tu proyecto para que cuando se lo cuentes, te entienda al instante, empatice y, en definitiva, comparta el viaje de emprender.



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